Tras casi una década sumergido en la peor
de las crisis financieras y económicas que se recuerdan, el mercado
inmobiliario al fin se ha recuperado. Su mejoría ha traído consigo un aumento
que ha afectado y beneficiado tanto a la oferta y a la demanda, que necesitaban
salir de su particular depresión, pero además de este síntoma elemental, el
sector inmobiliario ha vivido una maduración de la que comienzan a verse los
primeros cambios, y que pueden dar un vuelco prácticamente de 180 grados a lo
que conocíamos del mercado de pisos. ¿Quieres saber cuáles son? Aquí te los
contamos.
Nuevo tipo de
inmobiliarias
La recuperación del mercado inmobiliario ha traído consigo
un nuevo jugador que comienza a hacerse notar: las agencias inmobiliarias
online. Los vendedores de ahora no son idénticos a los que había en la época
pre-crisis, y no ven con buenos ojos que una agencia tenga que llevarse un
importante trozo del pastel del valor de su vivienda.
Para atender a este nuevo nicho de público, han aparecido
estas agencias 100% digitales, es decir, sin sede física, y que tienen una
forma de trabajar muy distinta a los negocios de toda la vida del sector
inmobiliario. Estas inmobiliarias prescinden de los gastos de comisión, de los
comerciales y ofrecen una oferta mucho más low cost.
El auge de las zonas
periféricas
La periferia de las grandes ciudades, como Barcelona,
Madrid, Valencia, Sevilla o Alicante, se va a convertir en terreno muy fértil
en el sector inmobiliario. El aumento de los precios se ha hecho notar mucho en
las zonas céntricas, mientras que este efecto está llegando a las zonas
alejadas del núcleo urbano.
¿Qué quiere decir esto? Que invertir ahora en viviendas
ubicadas en estas zonas más exteriores puede ser una apuesta más que
interesante y que tiene todo para ser considerada prácticamente como una
inversión segura.
La falta de espacio,
un factor a tener en cuenta
La construcción no se detuvo en los años iniciales de la
crisis, y ese empeño en construir y construir cuando la demanda ya daba claros
síntomas de comenzar su hibernación, de la que ha despertado ahora. Como
decimos, ese exceso en la construcción de viviendas ha propiciado que el
espacio para construir ahora sea muy reducido, y con la recuperación del
mercado inmobiliario, no parece que este contexto vaya a cambiar radicalmente.
Algunas ciudades como Valencia, Málaga o Alicante ya
comienzan a notar este problema que afecta sobre todo a sus bolsas de terreno urbano
y por supuesto, a los compradores. Y es que la principal consecuencia de este
factor es que lógicamente el precio se dispare. El valor medio de las
propiedades aumentará en un 10% durante este año, y no solo se hará notar en
los grandes mercados inmobiliarios como venía siendo habitual anteriormente.
Madrid, Barcelona o Palma de Mallorca ya no serán las únicas con un alto valor
del metro cuadrado.

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